En la jornada de trabajo colectivo, los hortelanos finalizaron la colocación de la valla, además de un bonito murete de piedra al final de la parcela, para retener posibles desprendimientos del talud del puente del metro.
Hemos comprado dos candados. Uno para las tres personas que cierran y abren la Casa de Botes, y a la par cerrarán los huertos a las 10 de la noche y lo abrirán antes de las 8 de la mañana.
El segundo candado es para que lo tenga todo el mundo. Su objeto no es tener los huertos cerrados, estos tienen que estar abierto el máximo de tiempo posible para que los vecinos puedan disfrutar paseando. Es para que cuando el último hortelano se valla a casa a comer, o porque esté lloviendo, cierre y se abra cuando llegue el primer hortelano, y así no se quede aquello abierto y solo.
Durante esta semana, a fin de que las compañeras vayan haciendo copias de sus llaves, no se hará uso del segundo candado hasta la semana que viene.
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